El humor en el sendero espiritual

El humor en el sendero espiritual

por Phileas Fogg

"El estado natural es ser feliz. Donde hay abundancia de vida hay felicidad, como lo podemos ver por todas partes en la Naturaleza; pero el hombre la busca en la dirección equivocada; busca fuera de sí mismo lo que ha de encontrar sólo en su interior". (Sri Ram)


Muchas veces, los ejercicios de visualización y el pensamiento positivo son subestimados o mal entendidos por los estudiantes de esoterismo. Una práctica inspiradora de 20 minutos no es suficiente para sanar la vida o para alcanzar los logros planteados, pues si toda nuestra vida y nuestro entorno son negativos, el ejercicio será como una curita en una hemorragia. No servirá para nada.

La propuesta de la Teosofía es bien distinta: cambiar radicalmente nuestras vidas. Vivir con humor, siendo conscientes que muchos de los problemas y escollos que enfrentamos día a día son pruebas para nuestro verdadero Ser y por lo tanto, pasajeros. Algunos esoteristas han hablado de tener a la muerte como consejera. Eso quiere decir que si somos consciente de la relatividad del tiempo, aprenderemos a vivir el presente y no nos agobiaremos demasiado por recuerdos traumáticos del pasado o por la incertidumbre del futuro.

Personalmente me gusta bromear con todo, aún con aquellos temas que son "tabú". Y trato de protegerme -como decía Khalil Gibrán- de la "filosofía que no ríe". El esoterismo es un camino hacia la felicidad, y la risa es una potente medicina para nuestro cuerpo astral. Los clarividentes revelaron hace muchísimos años que la risa puede anular los efectos nefastos de algunas emociones negativas como la ira, la depresión o el estrés.

Afortunadamente la ciencia oficial también ha realizado varias investigaciones en ese aspecto y hoy en día nadie duda del valor terapéutico de una buena carcajada. El Dr. Lee Berk, uno de los pioneros en este campo, ha establecido que el humor "sirve como una válvula interna de seguridad que nos permite liberar tensiones, disipar las preocupaciones, relajarnos y olvidarnos de todo".

Como dijimos antes, la risa provoca cambios en el cuerpo astral que repercuten positivamente en el vehículo físico. La liberación de endorfinas (conocidas también como hormonas de la felicidad) nos aportan vitalidad y energía, mejorando significativamente la calidad de vida.

Por esta razón es importante que el estudiante rechace la imagen estereotipada del esoterista encerrado en su laboratorio rodeado de tubos de ensayo y libros empolvados, con el ceño fruncido tratando de interpretar oscuros símbolos, apartado del mundo. En mi opinión, es preferible imaginarse a los Maestros disfrutando del aire libre, gozando del sol y del viento, con una sonrisa en los labios, y rodeado de discípulos que viven su existencia con naturalidad, aprendiendo los secretos de la vida.

Teniendo en cuenta esto, podremos entender por qué razón muchas veces los ejercicios que realizamos no dan los resultados previstos. ¿De qué sirve que repitamos "soy feliz" durante 10 minutos si luego volvemos a sumergirnos en una vida infeliz llena de pre-ocupaciones y emociones negativas?

Si nuestro entorno no contribuye a nuestra felicidad, busquemos la forma de cambiarlo. El estudiante debe revisar diariamente su conducta y eliminar aquellos hábitos nocivos que lo apartan del camino de la plenitud.

Y así, paulatinamente, iremos modificando nuestra postura para poder realizar más efectivamente los ejercicios de pensamiento positivo que nos proponen las diferentes escuelas de la Sabiduría Antigua. Y, como consecuencia, ser vivir una vida más plena rumbo a la iluminación.